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Home Bio Works Little Works Academy Blog Contact fab fa-instagram fab fa-facebook fab fa-linkedin fab fa-pinterest Mis artistas referentes: Isaac Levitán

Comienzo esta nueva entrada al blog presentándote un nuevo apartado titulado MIS ARTISTAS REFERENTES donde paulatinamente mostrare los artistas que desde mis comienzos han ejercido influencia sobre mí, me han impactado y de los que sin ninguna duda he aprendido muchísimo.

Y arranco ya con el primero de ellos: Isaac Levitán.

Isaac Ilich Levitán, es un pintor ruso de finales del siglo XIX y que de alguna manera me viene acompañando durante toda mi carrera artista. Aunque no he tenido el placer de contemplar un cuadro suyo frente a frente es uno de los pintores que más influencia ha ejercido sobre mí.

Un día, no recuerdo el momento ni el lugar, apareció en las estanterías de alguna librería un libro sobre su obra. Su nombre no me sonaba nada, pero inmediatamente me quedé enamorado de su pintura y compré el libro. A partir de ese momento y en los días posteriores me di cuenta de que casi todos los cuadros que veía en sus páginas me atrapaban y que tenía mucho que aprender de esas imágenes. Dediqué horas y horas a hojearlo, a recrearme, a estudiarlo, en definitiva, a impregnarme del talento que emanaba de sus páginas. 

Por ahí quedaron algunas copias de las obras de Levitán que en su momento regalaba.

¿Y qué es lo que me atrapó desde el primer momento de Isaac Levitán?  

La luz. La luz que desbordan sus cuadros. La luz que, curiosamente y poco a poco, se ha ido convirtiendo en el eje principal de mi obra. Admiro su capacidad para trasmitir la luz, la luz sensible, suave, perfecta, exacta, serena, (se me atropellan los calificativos) sutil, dulce, firme y tranquila a la vez. En fin, en mi opinión, uno de los artistas que mejor supo tratarla.

Es una luz que además (y no es poco) de trasladarte al lugar representado consigue inundarte del estado de ánimo que contagia ese espacio. Serenidad, calma, poesía, melancolía (por algo le llamaban “el pintor poeta”) son las palabras que vienen a mi mente cuando contemplo su obra. Es el artista que me hace, no solo viajar a los lugares que representa sino además, sentir lo que sentiría frente a uno de esos paisajes. Así, de su mano, he viajado con todo mi ser, con mis ojos y mis emociones, a la Rusia que él vivió, a los paisajes que él amó y representó sin descanso.

Pocos artistas me hacen sentir y vivir las obras como él. Como espectador no solamente veo el cuadro, sino que me transmite una experiencia, como en “Vladimirka” donde me hace sentir las emociones de los convictos que transitaban este camino con destino a Siberia. Tristeza, dignidad, incógnita, miedo están perfectamente trasmitidos a través de la composición y la luz de la obra.

En “Bosque de abedules”, sin embargo, disfruto la explosión de la primavera en el campo ruso, casi siento la temperatura ambiente y el sonido de la naturaleza. Es uno de los cuadros de Levitan que siempre más me ha cautivado.

Levitán nació en Lituania en 1860, tras la muerte de sus padres la familia cayo en la profunda pobreza. Aun así, gracias a una beca, consiguió seguir estudiando en la Escuela de Pintura, Escultura y Arquitectura de Moscú. 

Volviendo a sus obras, “Tarde de verano” me parece una obra magistral en cuanto a la luz y a la sencillez. Una valla, tres palos formando una puerta tocada por el sol y un fondo con una luz de final de la tarde de verano resuelto todo con una facilidad y limpieza sorprendente y una vez más haciendo sentir al espectador ese campo, esa hora, ese ambiente.

En “Marzo” representa la nieve de manera muy novedosa (recordemos que estamos a finales del siglo XIX). Es una obra muy luminosa, desbordante de sol, donde sientes el despertar de los días que quieren dejar atrás el invierno. Sientes el calor del sol que te da en la espalda, las ganas de estar al aire libre y disfrutar de la naturaleza después de meses de reclusión y frío en Rusia.

Levitán con 19 años vendió “El día de otoño, Sokolniki” a Pavel Mijáilovich Tretiakov fundador de la Galería Tetriakiov de Moscú persona que se convirtió de laguna manera en su mecenas y que apoyó su carrera artística hasta su muerte. 

En sus comienzos fue contestatario con la rigidez académica imperante en ese momento en Rusia y al final de su vida terminó siendo director de la Academia Imperial de las Artes de Rusia. Fue amigo del escritor Antón Chéjov en cuya casa de Crimea, enfermo, pasó el último año de su vida. Murió en Moscú en 1900. 

En “Los primeros verdes” otra vez el sol y la luz son los protagonistas y lo inunda todo. Esta vez es un sol templado, emergente, suave, un sol de mediodía en primavera. El tratamiento de los verdes y del contraluz es magistral. Siento la paz, sencilla y serena que trasmite esa pintura.

“Crepúsculo, luna” es otro cuadro sencillo, casi un apunte, donde con sutileza describe la luz de final del día. Atrapa magistralmente el momento en el que no ha anochecido aún del todo pero el día se ha desvanecido ya. 

En definitiva, Isaac Levitán es uno de los maestros de la luz. Gracias a él he “sentido” los paisajes de Rusia y he aprendido lecciones de pintura muy valiosas. 

 

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